PICHGACOCHA parte I

Punto de Reunion : La Casa de Hernan

La reunión seria en casa de Hernán -un pasaje ubicado en el Jr. 28 de Julio- al promediar las 5 de la madrugada, ahí deberíamos estar con nuestras mochilas : “LISTOS PARA LA AVENTURA”.

Los primeros en llegar fueron los primos de Hernan: “Marvin” y “Lechu”.(a este trío los denominaremos “los bazan”).
Marvin era un chico retraido de lentes prominentes e inspiraba ingenuidad. Lechu, un muchacho de porte respetable pero con un carácter no acorde a su corpulencia.
Poco después de mi llegada al lugar de encuentro ingresó un “montañista”,era Richard con un buzo azul, zapatillas blancas y polo verde, cargaba una mochila de 3 pisos ... el asunto era que tomo muy en serio el rollo del paseo.

Dos individuos se sumaron a la lista de exploradores ellos eran Lee“chino perreo” Chang y Juan “pelejo” Piñan que para variar hicieron su entrada triunfal juntos, ambos viven cerca y siempre se acompañan. Me pareció raro el contraste existente entre la mochila de 3 pisos de Richard y una mochila flácida, colgante y anémica del “Chino Lee”.

Ya reunidos en casa de Hernan, nos preguntamos entre todos ¿nos olvidamos de alguien? Y si, era verdad. Aun faltaba Carlos, decidimos esperar 15 minutos al cabo de los cuales decidimos buscarlo en su casa;todavía el alumbrado publico iluminaba las desoladas calles de 28 de Julio y el astro rey no hacia su aparicion en la madrugada huanuqueña, nos sentamos en la vereda frente de sus ventanas que formaban parte de tan imponente edificio,Hernan tuvo la valentia de tocar el timbre, digo valentia porque su padre no nos veia con muy buenos ojos, creo que llego a aprender a soportarnos, mientras yo tiraba pequeñas piedrecitas con dirección a las ventanas; esperando que se asome.

Lo que ocurrio, nadie lo tenia previsto, se asomo su madre a la ventana y nos dijo con un tono preocupado : ... “Cayo (diminutivo de Carlos) esta mal del estomago, no deben comer esas cochinadas de Chizitos, después están toda la noche corriendo al baño,es un daño para el estomago ¡ES VENENO!”.
Lo que paso, su madre no llego a saberlo, pero nosotros conocíamos la razón por la cual “cayito” estuvo “sentadito” ocupando toda la noche; es cierto fueron los: “Clásicos Chizitos de Carlos”.

Nos despedimos de la mama de Carlos “Chacon” y nos dirigimos a nuestro destino acompañados en toda la calle por un barrendero que nos miraba con indiferencia mientras desempeñaba su labor, la aurora ya rondaba el cielo gris.